Nando "Picho" Padauí
Por Alvaro Viloria Romero
quien compartimos desde la niñez momentos únicos con grandes aciertos, acuerdos y diferencias pero que siempre allí estábamos.
Desde muy niño lo recuerdo y compartimos en Magangué con esa alegría, fogosidad, intensidad y ganas de vivir a lo ancho y a lo largo que lo hacia único e inigualable, ese fue Picho Padauí.
El mismo, hijo de Nando y Estelita, inteligente, de gran ímpetu, acelerado y hasta intenso con amor y dedicación a su amada tierra Magangué.
El mismo que cantaba la Conquista en notas de acordeón en las noches de folclor en cualquier parte de la geografía colombiana.
El mismo que adoraba y defendía a los perros y demás animales con intensidad, fogosidad y rabia ante el maltrato y dolor.
El mismo que en momentos de angustia y hambre llegaba a un hogar cálido a llevar un poco de comida y sosiego.
El mismo que amó amigos dentro de las diferencias, la igualdad y el disenso.
El mismo que nunca se amilanó frente a la adversidad, oposición o contradicción.
El mismo de sus grandes amores Estelita, Rocío, Moraima y sus bellos y hermosos sobrinos.
El mismo que cometió errores y grandes aciertos batallando fuerte en todos los frentes.
El mismo que durante muchos años cautivó el amor de Diana, su mujer morena hermosa que le entregó su amor y corazón.
El mismo loco al cual tu Dios le permitiste disfrutar y amar a su hermosa y tierna Luna María, después de Dios su principio y fin.
Hoy Mi Señor te doy inmensas gracias por haberlo recibido en fiesta allá con Nando Padauí, Raúl Meola, el Profesor Viloria, Alfredo Amin, el Mone Alvarez, Enrique Posada, Horacio Cárcamo, Jesús Payares, Pepe Posada, Albano Posada, Napo Posada, Hugo Rincón, Profesor Castilla,
Abigail Atencia, Edgardo Atencio y muchos otros que ya gozan de tu presencia y que en este momento de dolor no recuerdo.
Gracias Señor por haberme permitido a mi y mi familia gozarnos a Nando "Picho" Padauí Alvarez.
Dolor, dolor inmenso pero así era Picho Padauí sin despedidas.
Dejo estas palabras de Facundo Cabral y Alberto Cortez ai llave y amigo....
Cuando Un Amigo Se Va
Alberto Cortez
Escucha Cuando Un Amigo Se Va
No encontramos nada.
Opciones
Queda un espacio vacío
Que no lo puede llenar
La llegada de otro amigo
Cuando un amigo se va
Queda un tizón encendido
Que no se puede apagar
Ni con las aguas de un río
Cuando un amigo se va
Una estrella se ha perdido
La que ilumina el lugar
Donde hay un niño dormido
Cuando un amigo se va
Se detienen los caminos
Y se empieza a revelar
El duende manso del vino
Cuando un amigo se va
Galopando su destino
Empieza el alma a vibrar
Porque se llena de frío
Cuando un amigo se va
Queda un terreno baldío
Con las piedras del hastío
Cuando un amigo se va
Se queda un árbol caído
Que ya no vuelve a brotar
Porque el viento lo ha vencido
Cuando un amigo se va
Queda un espacio vacío
Que no lo puede llenar
La llegada de otro amigo