EL ORIGEN DE LA IGLESIA DEL CAÑO (Hoy San Pio X)
Articulo tomado del Periódico el Puerto, diciembre 31 de 1959 Sección Magangué Antigua
Escribe: El Príncipe de Esquilache
Fue por el año de 1.840 cuando la gran peste del "cólera" flageló a la pequeña Villa de Magangué, e hizo su estrago entre sus pobladores. La miseria entre el pueblo ignaro, ayudaba al al flagelo de la peste en el exterminio de sus habitantes, que por centenares pagaban tributo a la muerte. Por ese tiempo no había sino un cementerio muy pequeño situado en el terreno que hoy día ocupa el Colegio de las Madres de. la Purificación y el cual no daba cabida para enterrar a los que la peste segaba haciéndose necesario hacer otro, que es el que actualmente existe.
Para esa época no había sino una Iglesia de material y ladrillo que es la misma que hoy lleva el nombre de la Santísima Virgen de la Candelaria, patrona de Magangué, y que el empuje del progresista Párroco Wenceslao Prasca y el altruismo del Padre José María Cano, la ha transformado en un arquitectónico edificio de la ciudad.
Se hacía necesaria la fundación de otra iglesia en el Barrio del Caño o Maganguelito, llamado así por estar separado de la urbe por el caño de Baracoa. Este barrio estaba por ese tiempo casi despoblado y eran sus pocos habitantes gentes humildes, la mayor parte agricultores y ganaderos cuyos descendientes hoy son honra y prez de sus antepasados.
Fue entonces cuando en 1853 un hijo de Magangué, para esas calendas Perla del caudaloso Cauca o Guacahayo, y que por sus renombradas ferias era el orgullo de la República puesto que a su plaza acudían comerciantes de todo el país, cuando el hacendado don Juan B. Montes compro de su propio pecunio un lote de tierra por medio de documento, e hizo edificar la Ermita de palma y bahareque, siendo sus constructores el maestro Lucio Sánchez, Pedro Viloria v otros que pusieron su entusiasmo en el empalme de ella. Al terminarse fue bautizada por el cura de la parroquia de la Candelaria y desde esa fecha, 2 de Mayo de 1853 en que se ofrendó una misa en honor del Dios del Universo, quedó fundada para bien de los feligreses del Barrio de Maganguelito.
Se instituyó o consagró Patrona y Pro
tectora de la Ermita a la Santísima Cruz del Redentor de Galilea y se erigió una gran cruz sobre base de material circundada por una reja hierro. Por eso mismo en años pretéritos en el dia de su patrona se regocijaba el pueblo y festejaba esa fecha con misa solemne que oficiaba el Párroco de la Iglesia de La Candelaria. Había grandes corridas de toros en la corraleja que se construía frente a la iglesia en la Calle Real; se organizaban grandes carreras de caballos y por las noches alegres cumbias y fandangos.
tectora de la Ermita a la Santísima Cruz del Redentor de Galilea y se erigió una gran cruz sobre base de material circundada por una reja hierro. Por eso mismo en años pretéritos en el dia de su patrona se regocijaba el pueblo y festejaba esa fecha con misa solemne que oficiaba el Párroco de la Iglesia de La Candelaria. Había grandes corridas de toros en la corraleja que se construía frente a la iglesia en la Calle Real; se organizaban grandes carreras de caballos y por las noches alegres cumbias y fandangos.
Para rendir homenaje a la procesión, que solía recorrer las calles del barrio, acompañando a la Cruz iba la imagen sagrada de San Francisco de Cheritas. Eran procuradores en la mayor de sus fiestas los señores Pedro Cano, Estebán Viveros, Lorenzo Camero, un señor Baena v el mismo fundador de la Ermita, don Juan B. Montes, quienes la mayor parte daban los toros de sus haciendas para que fuesen el regocijo y delicia de esos contornos.
Con el transcurso del tiempo la antigua Ermita que fundara don Juan B. Montes ha sufrido una enorme transformación al empuje de la picota del progreso, y ha quedado convertida en un bello edificio moderno de material y no se es y no se explica el por qué ese mismo progreso haya echado en olvido las festividades de la Santísima Cruz de Mayo, Patrona y Protectora del, Barrio de Maganguelito, hoy día con el apelativo del vencedor de Ayacucho General José Córdoba y que la Santa haya sido pospuesta por un nombre que no fue el instituido por su fundador y el Párroco que bautizó dicha Ermita de palma y bahareque; hoy Iglesia con el pomposo calificativo de Parroquia.
Aquí hay que exclamar con el romano: 0 tempora! o mores! (Oh que tiempos! Oh que costumbres!)
Tomado de Centro de Historia Villa de Magangué