Se necesitarán dos siglos para recuperar el páramo consumido por el fuego en parque Los Nevados

El Tiempo, Bogotá, Julio 10 de 2006
Cuatro mil hectáreas de vegetación de páramo se convirtieron en cenizas. Animales carbonizados hacen parte del paisaje destruido. La prioridad de los organismos de socorro que batallan contra el fuego a cuatro mil metros de altura es evitar que se reactiven tres focos controlados del incendio. Los venados, liebres y hasta ratones de páramo que no alcanzaron a escabullirse se ven calcinados en medio de la aridez que han dejado las llamas a su paso por el Parque de Los Nevados, que antes se veía verde. Bomberos que intentan apagar el fuego a veces no pueden más y se paran a vomitar. La altura, 4.000 metros sobre el nivel del mar, ha resultado a veces peor que las llamas, que forman ‘muros’ de hasta 15 metros. El viento, de repente, las lanza contra los socorristas. Columnas de humo amarillento por los frailejones y los pajonales quemados hacían también parte ayer del paisaje en los alrededores de las lagunas del Otún y La Leona, donde se han concentrado las llamas y desde donde amenazan con extenderse hacia el Tolima. Los vientos están soplando en esa dirección. “Al ver hectáreas y hectáreas de cenizas se le oprime a uno el corazón, pero también le da más fuerzas para seguir luchando contra el incendio”, afirma el sargento Luis Eduardo Ríos Gaviria, bombero de Risaralda que guió a colegas del Quindío y permaneció dos días en la zona. Hubo momentos en los que tuvieron que lanzarse a las heladas aguas de las lagunas para protegerse de las llamas. A filo de machete crean cortafuegos eliminando pastos y arbustos. Luego apagan algunos focos arrojando tierra con picas y palas. Algunos miembros de la Fuerza Pública que apoyan las labores, y que no enfrentan directamente el fuego, han sido vencidos por las temperaturas de apenas dos grados. Los estabilizan y los envían a Manizales. FERNANDO UMAÑA, ENVIADO ESPECIAL PARQUE DE LOS NEVADOS