Cartagena de Indias ante la amenaza costera (mareas y mar de leva)

  03 Nov 2025 

Por Álvaro Viloria Romero *

Cartagena de Indias, joya histórica del Caribe colombiano y Patrimonio de la Humanidad, enfrenta una paradoja existencial: la misma relación con el mar que le dio vida, prosperidad y cultura hoy amenaza su supervivencia. En los últimos años, la ciudad ha experimentado un aumento sostenido de inundaciones costeras derivadas de la interacción entre mareas altas, mar de leva (oleaje de fondo), variaciones meteorológicas locales y un progresivo ascenso del nivel del mar. Estos eventos, cada vez más frecuentes y severos, impactan infraestructura, economía, ecosistemas y bienestar social.

Lejos de ser un fenómeno aislado, la inundación recurrente de Cartagena refleja una crisis compleja donde convergen la dinámica oceánica, la presión antrópica y la desigualdad social.

Contexto geográfico, social y ecológico

Cartagena está situada en una bahía semicerrada del Mar Caribe, conformada por islas, canales y lagunas costeras, con gran parte de su superficie a menos de dos metros sobre el nivel del mar. Su configuración geográfica, una combinación de zonas amuralladas, istmos arenosos y sectores lagunares como la Ciénaga de la Virgen, la hace intrínsecamente vulnerable al ascenso del mar y a la acción de las olas.

Los frentes costeros de Bocagrande, Castillogrande y El Laguito, desarrollados sobre cordones arenosos, concentran una intensa actividad turística y hotelera, mientras que los barrios populares de la zona continental y las comunidades insulares, como Tierrabomba, se asientan en áreas de alto riesgo. Esta geografía desigual se traduce en un riesgo diferencial: los sectores de bajos ingresos son los más expuestos y los menos protegidos.

Desde el punto de vista ecológico, Cartagena forma parte de un sistema costero de altísima productividad biológica. Los manglares, pastos marinos, playas y arrecifes de coral cumplen funciones críticas como amortiguadores naturales frente al oleaje, criaderos de especies pesqueras y sumideros de carbono. Sin embargo, la degradación de estos ecosistemas -por urbanización, contaminación y sedimentación – ha reducido su capacidad protectora.

Culturalmente, la ciudad mantiene una profunda conexión con el mar: la pesca artesanal, las tradiciones afrocaribeñas, la gastronomía y las festividades costeras constituyen un patrimonio vivo que depende de la salud de su entorno natural. La pérdida de este vínculo, además de ecológica, es una pérdida identitaria.

Dinámica física de las inundaciones costeras

Las inundaciones en Cartagena se originan por la superposición de varios procesos físicos:

  • Mareas astronómicas y meteorológicas: Cuando coinciden mareas altas con presiones atmosféricas bajas o vientos del norte, se generan “mareas de tormenta” que elevan temporalmente el nivel del mar.
  • Mar de leva: Producido por tormentas distantes en el Atlántico Norte, este oleaje de largo período transporta grandes volúmenes de energía hasta las costas caribeñas. En combinación con las mareas, causa sobrepasamientos y erosión costera severa.
  • Elevación del nivel del mar y subsidencia local: Mediciones satelitales y geodésicas confirman un aumento del nivel relativo del mar de alrededor de 3.5 mm/año en la región, amplificado por el hundimiento gradual del suelo urbano. Las proyecciones climáticas indican incrementos adicionales de varias decenas de centímetros hacia 2100, lo que multiplicará los eventos de inundación.
  • Alteración sedimentaria y contaminación: El Canal del Dique introduce grandes volúmenes de agua dulce, sedimentos y nutrientes a la Bahía de Cartagena, alterando la salinidad, la transparencia y los patrones de circulación. Esta dinámica intensifica la erosión costera y afecta la estabilidad de playas y humedales.

A ello se suman fenómenos emergentes como la llegada masiva de sargazo (macroalga cuyo auge se asocia a cambios oceánicos, calentamiento y exceso de nutrientes) y residuos flotantes, que agravan la degradación ambiental y obstruyen los drenajes urbanos durante los eventos de oleaje.

Consecuencias sociales, económicas y ambientales

Las mareas extremas y el mar de leva producen una cadena de impactos interconectados:

  • Desplazamiento y pérdida de vivienda: Las comunidades asentadas en zonas bajas —particularmente en márgenes de ciénagas y manglares rellenados— sufren inundaciones recurrentes que destruyen viviendas y obligan a desplazamientos forzados.
  • Impacto en la salud pública: El agua estancada favorece brotes de dengue, chikunguña y leptospirosis, mientras la mezcla de aguas salinas y residuales contamina los pozos y sistemas de drenaje.
  • Erosión económica: La interrupción del turismo, las pérdidas en el comercio y la afectación del puerto generan millonarios costos anuales. Los pescadores y vendedores informales pierden sus medios de vida, y la desigualdad social se amplía.
  • Degradación ecológica: La pérdida de playas, el deterioro de corales y manglares, y la sedimentación excesiva alteran la productividad marina y reducen la capacidad de recuperación natural del sistema.

En síntesis, los riesgos costeros de Cartagena no son únicamente naturales: son el resultado de una interacción entre procesos físicos globales y decisiones locales de ocupación, manejo ambiental y planeación urbana insuficiente.

Estrategias de mitigación y adaptación

Frente a esta crisis, se requieren respuestas estructuradas y multiescalares que integren ciencia, infraestructura y justicia social, las cuales podrían ser:

Soluciones basadas en la naturaleza:

  • Restauración de manglares, humedales y dunas costeras como barreras naturales.
  • Programas de recuperación de arrecifes de coral y pastos marinos mediante “jardinería de coral” y reducción de contaminantes.

Infraestructura híbrida y resiliente:

  • Implementación de rompeolas, espolones y muros discretos complementados con recarga de playas y vegetación costera.
  • Sistemas de drenaje urbano sostenible (SUDS) que imiten el ciclo natural del agua y reduzcan inundaciones pluviales.

Gestión territorial y gobernanza climática:

  • Ordenamiento territorial estricto, con prohibición de nuevas construcciones en zonas de alto riesgo.
  • Reubicación planificada y justa de comunidades vulnerables.
  • Fortalecimiento de la investigación oceanográfica, redes de monitoreo y sistemas de alerta temprana integrados con la comunidad.

Gestión de cuencas y sedimentos:

  • Control del aporte de sedimentos y nutrientes desde el Canal del Dique y fuentes continentales.
  • Monitoreo de la calidad del agua y del sargazo mediante ciencia ciudadana y datos abiertos.

Estas estrategias requieren coordinación institucional entre autoridades ambientales, planeación urbana, comunidades costeras y sector privado, para garantizar una transición hacia una Cartagena más resiliente y equitativa.

Imperativo reconstruir la relación con el mar

La creciente amenaza costera que enfrenta Cartagena simboliza el desafío global de las ciudades litorales en tiempos de cambio climático. Las inundaciones por mareas y mar de leva no son simples manifestaciones naturales, sino el reflejo de un modelo de desarrollo que ha ignorado los límites ecológicos del territorio.

La solución no radica en construir muros cada vez más altos, sino en reconstruir la relación con el mar: restaurar los ecosistemas que protegen la costa, planificar con base científica, y reducir las desigualdades que amplifican la vulnerabilidad. La resiliencia de Cartagena —su patrimonio histórico, sus ecosistemas y su identidad cultural— dependerá de la capacidad colectiva para integrar conocimiento, justicia ambiental y visión a largo plazo. Solo así la ciudad podrá transformar su fragilidad costera en un modelo de adaptación climática sostenible para el Caribe y el mundo.

Gerente de Proyectos de Enterritorio SA y exgerente de Aguas de Bolívar SA-ESP; Ingeniero civil, especialista en Análisis y Gestión Ambiental, Gerencia Pública, Consultoría Ambiental y Gerencia de Proyectos de Construcción.

Las opiniones expresadas por el autor de esta columna no reflejan necesariamente las de la institución donde trabaja.

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