RECREO

Por Wilberto Peñarredonda      
Su extridente y amacada risa hueca, puesto que desdé temprana edad perdió su dentadura, sacaba de quicios al viejo Donaldo Sánchez Guzmán,  quién sobandose desesperadamente la nariz con expresivos ojos grises gritaba; "¡Tule, Tule dile a ése hijeputa que se calle!"
Era a Jorge Contreras López el popular "Recreo", a quien hacía alusión el octogenario anciano oriundo de San Juan Nepomuceno y que le tocaba la galleta de aguantarse la camorra del alocado muchacho, ya que éste era hermano de su nieta Maria Cecilia. 
 
Fruto de un romance furtivo que tuvo  Miguelito Contreras Príncipe de quién heredó su aristocracia, siendo adolescente
alcanzó a estudiar algunos años en el Liceo Magangué del fallecido profesor Gabriel Vídez y su atención se centraba en pedirle a la señora Celina de Vídez, que tocara la campana para salir a recreo e irse para su casa que quedaba enfrente y empalmarse un vaso de nutricia con pan gorgojeado, de ahí su apodo vitalicio.
Abandonado por su madre que retornó a su natal San Jacinto Bolivar luego de su desventura amorosa, quedó bajo la custodia de su abuela paterna. Debido a su atolondramiento, dejó de estudiar y los años siguentes se la pasó colaborando en los queaheceres de sus familiares, comiendo de gorra donde los Sánchez y visitando a su mamá en la tierra de la hamaca grande.
Fino de ademanes y buen vestir, siempre se codeo con la crema y nata de la ciudad, por lo que recibió el apelativo de Dr.Contreras. Recreo, por su forma de caminar, vestir, bailar y rebuscado lenguaje, donde descollaron frases como: espelética, vena piática, amor de capuchón, abogado pertulado, arroz de chito, entre otras, fue una especie de Cantiflas criollo y por tal razón era blanco de reiteradas bromas.  
Como pasaba cosechero donde nuestros vecinos, Mario Carabela lo tenía de bolita de quiñar. Cada vez que Ciringo -asi le conocian- se descuidaba, le rociaba hormiga china en su esquelético y velludo pectoral, o en el peor de los casos le embadurnada boxer en su cabeza. Igual sucedía con Los hermanos Moreno Bacci, conocidos también como Los Cueros, lo tenían de edecán y a todas partes lo cargaban con tal de gozárselo un rato.
Jamás se le escuchó una vulgaridad y siempre se comportó a la altura de las circunstancias. 
Hace un par de años la muerte le sorprendió repentinamente, pero sus charadas serán recordadas como un constante Recreo en la eternidad