Gerencie su propia carrera

Bogotá. Portafolio, 7 de julio de 2007. Tener objetivos claros; conocer las habilidades y debilidades propias, y elaborar un plan de desarrollo lo pueden llevar a dónde siempre soñó trabajar. ¿Cuántos niños que dijeron con seguridad que querían ser médicos, presidentes, corredores de carros, modelos o astronautas, los son en realidad hoy en día? Y, ¿cuántos de quienes lo sigan diciendo, llegarán a esa meta en el mañana? Parece que la estadística es muy, pero muy baja, casi que ni registra. Es cierto, los años pasan y la gente 'madura', es decir, aterriza, y los sueños infantiles proyectados casi con heroísmo, suelen dar paso a la realidad: es mejor ser... y terminan estudiando administración de empresas, derecho, arquitectura, ingeniería... Sin embargo, esa mínima cifra que las estadísticas no reportan, tiene personas que se propusieron desde muy temprano en la vida ser tal cosa, trabajar en tal parte, ocupar tal cargo. Y con esa claridad, se dedicaron a trabajar para lograrlo. Ellos gerenciaron su propia carrera. La mejor empresa definitivamente es uno mismo y convertirse en su propio gerente puede resultar muy rentable. Dentro de unos límites razonables, la vida -y la carrera puede ser planeada, dirigida y controlada. Para autonombrarse en el cargo necesita ante todo tener un proyecto de vida: qué quiere ser y hacer, cómo quiere vivir, a dónde quiere llegar, etc. Montar esta empresa, que es un proyecto a largo plazo con metas al corto y mediano, debe comenzar desde el colegio para que a la hora de escoger una carrera esté acorde con esos planes. Pero casi nunca nos hacemos esas preguntas, así que mejor comenzar por aferrarse a los sueños, suena más romántico y son un buen impulsador. Como suele suceder que en la mitad de la carrera una persona se dé cuenta de que no era lo que le gustaba o que termine ejerciendo otra cosa, la coach Pardo, de acuerdo con su experiencia profesional, afirma que generalmente este proceso de gerenciar la propia carrera comienza a darse después de tener entre cinco a diez años de experiencia laboral. Sin embargo, si se tiene la disciplina y claridad en los sueños, podría empezar desde antes. Y para eso hay que revisar con qué 'activos' se cuenta: las habilidades y talentos, así como las debilidades. De ahí que vale la pena contar con un apoyo: un amigo, un mentor, un profesor o un profesional, que retroalimente el proceso para avanzar. Disciplina, constancia, dedicación y mucho trabajo: Gerenciar una carrera significa estar tomando decisiones que le permitan lograr esas metas o motivadores que considera valiosos. Por eso es importante hacerse preguntas como:¿quiero ascender en jerarquía, poder y status? ¿Quiero tener larga vida en una empresa, respeto, conocimiento y ventajas laborales? ¿Quiero un cargo en el que tenga autonomía y un espacio propio? ¿Quiero tener un balance entre vida personal y profesional? Clarificar estos puntos lleva a saber en qué tipo de cargos y empresas se quiere trabajar. Así, los esfuerzos se concentrarán en un reducido pero selecto grupo de posibilidades acordes con los objetivos planteados. Ahí hay que revisar el balance entre los talentos, las habilidades y las deficiencias que se tienen para ver si ayudan a alcanzar esos logros propuestos. Para dar pasos acertados, las especialistas recomiendan hacer un plan de desarrollo o estratégico que establezca claramente los objetivos a alcanzar, qué se necesita para lograrlo, qué acciones hay que realizar y en qué tiempos (poner fechas), que apoyos se necesitan, etc. Algo importante es ponerse metas alcanzables y para ello es mejor hacer propósitos poco a poco. Un 20 por ciento de las personas exitosas tiene mucho talento innato y manejan comportamientos activos, tiene visión de futuro clara, una agresividad positiva, buen liderazgo y buenas relaciones interpersonales. También tienen un alto grado de inteligencia emocional, mucha intuición, son organizados, disciplinados y perseverantes. Son personas a las que les gusta iniciar y promover proyectos, que hacen que las cosas sucedan, que están orientadas a los resultados, no temen enfrentar situaciones ni confrontar a las personas. Manejan los momentos de crisis y presión. Sin embargo hay que ser flexibles para ajustar ese plan y permitirse equivocaciones porque ellas sirven mucho. Lo importante no es aferrarse a un puesto por un salario o por la estabilidad que da, y así alejarse del sueño y las aspiraciones. Por eso hay que revisar cada tanto, antes de que llegue la crisis, cómo va ese proyecto de vida y ese plan de desarrollo. Hay metas pequeñas que ayudan a la práctica: tener una agenda diaria y cumplirla; si no lo logró, pasarlas para el otro día. Tener propósitos concretos de cómo empezar y terminar el día.