El Profesor Alvaro Rivera Hoyos


Del Liceo para Tunja. De Tunja a Magangué. De Magangué a Ríohacha. De Ríohacha al Liceo Bolívar.  Rivera,  Palomino y Navarro: Quiero hacer la narración de una bella historia de vida de tres grandes amigos inseparables, entre ellos mi querido suegro Álvaro Rivera. Hoy la edad se les vino encima y ahora caminan lento, como perdonando el tiempo. Por ser corto el espacio para escribir, debo resumir. Tres destacados estudiantes Liceístas bachilleres de la década de 1950. Eran y son grandes amigos. Humildes por naturaleza y de grandeza de corazón. Terminan su bachillerato y juran ser docentes del Colegio que los formó. No tenían los recursos para formarse. Eran muy pobres y sus padres artesanos de oficios no tenían la capacidad para financiar una carrera universitarias. Toman la iniciativa de hacer una carta al presidente de la época Gustavo Rojas Pinilla. En la carta le expresan su deseo de estudiar licenciatura en la Universidad de Tunja, pero por sus bajos recursos les era imposible y por tanto pedían a la presidencia su apoyo total. A los dos meses de haber enviado la carta, el mismo presidente les contesta positivamente la solicitud. En un avión de las fuerzas Armadas  los tres jóvenes con maleta en mano se despiden de Cartagena y se internan a 5 grados de temperatura en la ciudad de Tunja. 

El destierro duró 4 años para alcanzar su Diploma de Licenciados. Sólo en navidad visitaban a sus familias, siempre con el apoyo del avión de las fuerzas armadas en su venida y regreso. Con título en mano regresan victoriosos después cumplir su ciclo de estudios, con vestido entero y encorbatados a su caliente Cartagena. La misma presidencia les asigna la función de docentes en la ciudad de Magangué a 33 grados de temperatura. Los licenciados  Profesores Álvaro Rivera Hoyos, Francisco Navarro y Raúl Palomino, revolucionan  la educación del puerto ribereño. Eran los únicos licencenciados de la zona.  Se paseaban por la Calle Colombia los licenciados, siempre de saco y corbata. 
El Profesor Ribera como consecuencia de su estadía descubre un interesante tesoro que marcaría el resto de su vida. En el hogar de Bladimir Viloria y Rafaela Galindo, una hermosa doncella hija única se paseaba con su larga cabellera por el gran salón de su casa. Ella era Bertilda Viloria conocidas como la Ñego. La chica al conocer a los licenciados se anticipa a otras chicas y logra con su coquetear llamar la atención a él Licenciado  Álvaro Rivera, el cual queda anclado de por vida en Magangue a punta de amor, chicha de maíz y bocachico. De esa unión nació la que hoy es mi esposa Xiomi. Hoy cumple 89 años. Gracias Dios mio por su larga vida.