CASCAJAL BOLIVAR EN SUS 245 AÑOS DE REFUNDACION
CASCAJAL BOLIVAR EN SUS 245 AÑOS DE REFUNDACION OCTUBRE 24 DE 1776
FELICIDADES
CASCAJAL.. POR LIC. ANUAR CORTAZAR CAEZ
Los primeros que se asentaron a las orillas de las ciénagas que rodean a CASCAJAL fueron los PANZENU.
“Algunos topónimos especiales a la palabra TACA; que significa laguna o ciénaga, en nuestra región subsisten algunos pueblos que aún conservan sus nombres originados de las tribus TACAJAL o TACAHAL, como el caso de Tacamocho, Tacasaluma, Tacaloa”
Es posible que entre Tacamocho y Tacasaluma a la orilla del sistema cenagoso, existió la tribu de los aborígenes TACAJAL, o en el lugar de las ciénagas tributaria a la federación Panzenúes: Su economía estaba basada en la agricultura, se cultivaba principalmente el maíz, yuca, batata, ahuyama, patilla, plátano, ñame, melones, y otros, productos vegetales de la región.
Complementaban con la pesca, utilizando canoas, balsas o bongos y flechas construidos por ellos para pescar en el complejo cenagoso que rodea a Cascajal, privilegiada ésta por la naturaleza; la cual le permitía a las tribus suministrar sus alimentos, y alternando con carne de la fauna silvestre. Su organización social estaba fundamentada en la familia, bajo un patriarcado de su Cacique o Jefe (TACAJAL, CASCAJAR O CASCAJAL), de aquí tomó el nombre de CASCAJAL, que tenía el mando de la comunidad.
“Se distinguen estos indígenas por ser buenos guerreros, valientes, conquistadores, antropófagos y vestían casi desnudos. La formación de CASCAJAL está estrechamente ligada a la tierra por ser una zona de cascajo, rocas y existencia de piedras grandes que abundó en estas tierras cuando eran boscosas”
. Con el paso de los años el sitio de CASCAJAL fue creciendo, producto de las migraciones provenientes de la depresión momposina y de las sabanas de Tolú o sabanas de Corozal (hoy, sabanas de Bolívar), así CASCAJAL se convierte en pueblo de libres, habitados por blancos y mestizos, tal como se conserva hasta nuestros días.
Por otro lado el Virreinato del Nuevo Reino de Granada, inicia la reorganización de los espacios hispano-americanos, en el siglo XVIII, cuando la integridad territorial, no sóla era amenazada por indígenas belicosos, también por las Guayanas Británicas; quienes comienzan a ejecutar campañas urbanizadoras en la región que le corresponde a la Provincia de Cartagena, encomendó a Antonio de La Torre y Miranda, quien reorganizó o congregó a 44 poblaciones, conocido como “EL CONGREGADOR DE PUEBLOS”, por disposición del Gobernador de Cartagena, Juan de Torrezar Díaz Pimienta. Inició el 12 de Agosto de 1.774, la fundación y refundación de las poblaciones situadas en la zona de influencia de los ríos del Sinú y San Jorge, realizó sus expediciones (seis).
“En su cuarta salida el oficial español Antonio de la Torre y Miranda después de fundar a Santo Tomás de Cantuariense (hoy Buenavista Sucre “Buscando nuevamente el camino hacia el río Magdalena, visita la Parroquia de CASCAJAL; reunió los vecinos, tomando la iglesia como centro urbanístico refundó la población el 24 de Octubre de 1.776, trazando nuevamente las calles y repartiendo solares a 131 familias integrada por 555 personas.
Cuatro años más tarde De la Torre y Miranda pasó por esta localidad, encontró solamente que la población había aumentado en una familia más, pero que los vecinos habían crecido en 109 ciudadanos adicionales”
“Fue para el año de 1.736 cuando Marcelina Turizo, de origen momposina, se constituyó dueña de las tierras donde se encuentra hoy el corregimiento de Cascajal. Comprendía 11 caballerías y media en sus dominios, ayudada por su hermano Rudencio Turizo. Estas tierras fueron utilizadas a finales del siglo XVII y parte del siglo XVIII por los españoles como parte del sistema esclavista, simulada como fincas agrícolas de plantaciones de plátanos y otros cultivos- Cuando los hijos de Doña Marcelina Turizo, Toribio y Severo Turizo y su nieto Pedro Turizo, toman posesión de esas tierras como herederos, en 1.898 ya se habían establecido la familia Quesada Álvarez, Familia Cáez, Jiménez, Martínez, Arrieta….En 1.881 Manuel Antonio Martínez. Familia Quesada, Juan Quesada, Pablo Quesada, Belén Quesada. En 1.885 Manuel María Turizo y Liandra Páez, Gabriel Romero y Modesto Pérez, sinceanos abuelos paternos, los primeros y maternos los segundo de Carmen Elena Turizo Romero.
CRONOLOGÍA DEL SOMBRERO CASCAJALERO
Sombrero Concho y la trenza
Esta artesanía llega a Cascajal en los años 1.885 cuando diversos pueblos comerciantes de las sabanas de Sucre y Córdoba como Tuchín, Sampués, Sincé, Chimá……etc, invaden estas tierras en busca de mejores condiciones de vida, pasto y agua para su ganado, por un lado, y por otro por las persecuciones políticas y la violencia que se comenzó a generar en esa época.
La elaboración del sombrero se cosía a mano y con hilo encerado, poseían cualidades algunos de ala y horma ancha al estilo de los sombreros indianos y mexicanos. Así se fue propagando como agua bendita regada por toda la población de Cascajal, trascurriendo con este método cinco décadas haciendo sombreros a mano en donde desarrollaron diferentes clases, tipos y formas de sombreros.
Los materiales utilizados en esa época para la elaboración del sombrero eran agujas pequeñas y grandes, hilo encerado, y la palma Sará, la cual hasta los años 1.960 fue fácil conseguir en la población por ser un vegetal propio de la zona.
Por los años de 1.935 la elaboración del sombrero toma un giro ya que deja de hacerse a mano, en esta época el señor Virgilio Turizo Guerra uno de los primeros comerciantes cascajaleros, trajo las primeras máquinas de coser, marca Singer (todavía se conservan muchas). Posteriormente el comerciante Cipriano Guerrero y el cachaco Roberto Salgado incrementaron el número de máquinas en Cascajal, al igual que la señora Albertina Martínez Domínguez una de las primeras artesanas.
Esto trajo como consecuencia que el hombre y la mujer de Cascajal apadrinen la artesanía del sombrero como una actividad fundamental y esencial en la economía de los hogares combinándola con sus actividades diarias, permitiendo mejorar la calidad del sombrero y aumentar su producción y, proyección a niveles regionales.
A mediado de los años cincuenta (siglo XX) surgen cambios en esta actividad, se elaboran sombreros de otras formas y tamaños, y ya no se utiliza el árbol del Dividivi y el bejuco de Bija para teñir trenzas y palmas; llega la anilina de todos los colores (marca INDIO), con esto hay una mejor presentación y calidad en el sombrero, tomando esplendor a nivel Nacional e Internacional.
Después en los años 1.960 el sombrero se le colocaba una cinta de tela y en la orilla el ribete también lo hacían con tela remplazando las trenzas de orilla, pico y el codo. Posteriormente viene la era plástica y, las trenzas y sombreros son elaborados y adornados con este material, dándose la imaginación e ingenio de fabricar diferentes clases de sombreros al gusto de los clientes y de los compradores.
Para los años de 1.975, ese sombrero que todos conocimos a estilo campesino, se fue transformando en uno moderno gracias a la inclusión de nuevos materiales como el plástico que se utiliza en diferentes colores y que actualmente prevalece el color negro, creando nuestras artesanas algunas imitaciones del sombrero indiano o vueltiao. De igual forma se utilizó para la época la tirilla dorada y plateada con la cual se hacían inolvidables pavas brillantes que eran vendidas de manera exclusiva al “negro de las pavas” Chocoano, ya que este señor era el que aportaba el material con que se enrollaba la trenza, creando entonces la nueva técnica que había dejado atrás la trenza teñida con anilina.
Viene a mi mente, recordar cómo los padres de familias vivificaban y proyectaban el amor y la práctica de tejer, desarrollando en los niños y niñas la psicomotricidad fina que cuando iban a la escuela ya sabían coger el lápiz, nos enseñaron los procedimientos de tejer las trenzas: Recuerdo las innumerables trenzas que tejí, hacíamos los famosos crecidos, trenzas largas que extendíamos en la sala de la casa y luego las pisábamos con piedras en los extremos. A los diez crecidos sabíamos de cuantas brazas era la trenza, hoy evocarlos es transportarme a la inmensidad de la honradez del corazón del pueblo cascajalero.