Las ideas no mueren, ni se les mata
A pesar de tantas frustraciones los colombianos no perdemos la esperanza de un futuro mejor. El derecho a soñar lo mantenemos intacto y cuando aparecen liderazgos fuertes vemos asomar la esperanza que, aunque estropeada, siempre está ahí sin rendirse en la lucha ni en el honor; y, avivando en silencio la lucidez de los hombres, termina por concientizar a los pueblos para conducirlos a la libertad, superando los miedos, la estrategia de terror a la que se acude para bloquear el raciocinio popular.
Los defensores del status quo en su dialéctica de violencia siempre han creído que, desapareciendo físicamente a un líder, por consecuencia se arrea su enseña, pero la historia demuestra lo contrario: con la muerte de los líderes solo se pospone la conquista de unos fines, porque la lucha es un sentimiento movido por las ideas. “A los hombres se le podía eliminar, pero a las ideas no, y al contrario, cuando se eliminan a veces a los hombres, se robustecen las ideas”, anotó Luis Carlos Galán Sarmiento.

Dos hechos daban especial relevancia al evento: el primero a destacar fue la presencia de Juan Manuel Galán, hijo del inmolado dirigente, y el segundo que a este encuentro precedía la devolución de la personería jurídica al partido político Nuevo Liberalismo.
En efecto, la Corte Constitucional, en reciente fallo de tutela, le ordenó al Consejo Nacional Electoral -CNE – que corrigiera su propio error y le devolviera el reconocimiento político al movimiento de quien fuera fundador Luis Carlos Galán.
Fue un encuentro cargado de emociones. La intervención del dirigente Rafael Moreno Galvis y la exposición fotográfica de la tribuna pública de Galán en la Universidad de Cartagena y la Plaza de los Coches, con sus respectivos recorridos de entusiasmo democrático y juvenil, comentada en detalles por el profesor universitario Juan Correa Reyes, calaron el sentimiento de los asistentes. Todavía hay esperanzas a pesar de que no se crea en los gobernantes.
“Bolívar tiene qué hacer en América todavía”, decía el apóstol Martí al referirse a la obra del fundador de dos repúblicas: la Gran Colombia y Bolivia. La propuesta política de Galán también está pendiente. Hace más de 32 años Luis Carlos nos advertía sobre los riesgos que se cernían sobre Colombia, país “dominado por una oligarquía política, que convirtió la administración del Estado en un botín que se reparte a pedazos”. De aquel momento, hasta ahora, las cosas se agravaron exponencialmente, a tal punto que hoy estamos ante una democracia inviable y plutocratizada.
No son pequeñas las responsabilidades de Juan Manuel Galán. Su papel en la historia va más allá de una candidatura presidencial. A él le toca personificar las propuestas del Nuevo Liberalismo por las que ofrendó la vida su padre, hoy vigentes en la agenda de los partidos políticos progresistas de las democracias modernas.
Luis Carlos Galán era el vocero de un ideario liberal y rebelde; de defensa de la soberanía nacional, particularmente de la protección a la reserva de hidrocarburos frente a los intereses voraces de las multinacionales; de las intervenciones del Estado para redistribuir riqueza a favor de las inmensas masas desposeídas –como les llamaba a los vulnerables – sin esperanzas y sin posibilidades; y de la democratización de la propiedad de la tierra, con expropiación cuando las necesidades de justicia así lo demandaran.
Entre tanto, Juan Manuel es parte de la reserva moral de una patria que clama justicia. Un país donde la mitad de sus habitantes se encuentra sin acceso a la salud y con hambre. Un país en el que la educación, la vivienda y el crédito son privilegios de unas minorías. Un país a la espera de grandes liderazgos que alumbren su devenir.
Por ello Juan Manuel no puede, ni debe, prestar su concurso para la plasmación de maniobras gavilleras encaminadas a frustrar los sueños populares, las mismas que en el pasado sirvieron para atajar la propuesta política reivindicatoria y la llegada de su padre al solio de los presidentes.
* Abogado, con especialización en Gestión de Entidades Territoriales y en Desarrollo Social; exdirector Territorial para Bolívar del Ministerio del Trabajo. Doctrinante.