Don Quijote en las sabanas

Por David Fontalvo Baquero *

     Ingeniero Civil, escritor y poeta

Cuando el valeroso hidalgo de Cervantes, recorría la "sabana infinita"² de Bolivar, Sucre y Cordoba, para aprender el arte de la garrocha en la vaqueria criolla sabanera, no entedía  como era posible que él, que se había enfrentado a monstruos parecidos a molinos de viento¹, no pudiera tener la destreza de dominar a un toro con su lanza que era larga. 
El afamado jinete de la Mancha, Don Quijote¹, más tarde comprendió, como le hizo saber Sancho¹, que la clave estaba  en la velocidad y fuerza del corcel, que no
tenía su caballo, el famoso Rocinante¹. 
Además,  Sancho, quien era su escudero y palafrenero, no lo podia ayudar en la faena, ya que Rucio¹, su burro, tampoco estaba entrenado para enfrentarse a los toros criollos de las sabanas.
Fue así,  como Don Quijote, busco y recibió entrenamiento especial,  en el arte de montar los caballos de garrocha en los playones de las sabanas.
Para ésto, busco  a "Quintero"², quien era "un varon de Caimito, que le dio clavo a un caiman muy bravo y le hizo miga todo el cuero"².
Entrenado Don Quijote y Sancho, en el arte de la monta de caballos criollos, escogieron sus cabalgaduras: 
Quintero en su "Alazano guía"², el hidalgo caballero en "El castaño"² y Sancho en "El tordillo"²,  salieron rumbo a las sabanas de Corozal,  a reunirse  con Alejandro Garcia³, quien montando 
"El troyano de  la sabana"³, los adiestra en el arte  de la garrocha en corraleja. 
"Garcia Martelo a los toros bravos se le arrecuesta y los garrocha todas las veces a medio palo"³.
Ya conociendo el arte de la vaqueria en la region de la sabana,  el ilustre caballero Ibérico y su fiel compañero, se embarcan en otra aventura y parten para los "playones  a orillas del rio César"⁴, donde Alejo Duran los relaciona con "Urbanito Castro, el caporal de los playones"⁴, quien les dará a  conocer la técnica de "enlazar a los novillos cimarrones que salen de la montaña a dormir a los playones  y se van por la madrugada  porque  el tigre se los come"⁴.
En esos menesteres de vaqueria,  cuando Don Quijote ve "la huella del toro cuando pisa en el playon, que deja la huella en el lodo, en forma de corazón"⁴, se acuerda de su amada Dulcinea, quien le dejo su "huella pintada en su corazón"⁴.
Al recordar  a  su adorada Dulcinea¹, toma la decisión Don Quijote y parte con  su amigo Sancho, a " ...un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme..."¹

1- Don Quijote, Miguel de Cervantes.
2- El centauro, Leonardo Gamarra.
3- El troyano, Juan Severiche Vergara.
4- El playonero, Rafael Escalona.

* DAVID FONTALVO BAQUERO 
Nació en Sincelejo, Sucre, Colombia. Ingeniero civil. Es un apasionado por la poesía y se ha dedicado a cultivarla: para rendir un homenaje al amor, a la naturaleza y a la vida integral; inspirándose en lo circundante y en las vivencias, y apelando a la imaginación y a la memoria, en aras de sembrar algunas semillas que coadyuven a la consecución de un mundo mejor.

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