El Regreso

Por Horacio Carcamo Alvarez 

En este mundo de tiranías económicas y políticas donde la noticia y la virtualidad planean hacer periodismo es cada vez más exigente. El negocio de la prensa escrita, por decir lo menos, se torna difícil y lo es principalmente por la cada vez más esquiva pauta publicitaria sin condicionamientos; no obstante esa verdad, que pareciera se tornara irrefutable, los directores de medios  no se rinden y dan la batalla para convencer a quienes se interesan por mantenerse informado que todavía es posible una prensa independiente y de superior  presentación si se hace en el formato escrito.

En una democracia seria la prensa debía ser realmente el cuarto poder. Su esencian debía ser la de ubicarse en la orilla opuesta a la de los poderes reales para convertirse en el contrapeso de la balanza y lograr la compensación de la fuerza que aquellos otros generan.  Un país, un departamento o un municipio en donde la prensa no es libre y objetiva son una semidemocracia o una democracia poco democrática como lo define Giovanni Sartori. La abstracción conceptual de democracia por la existencia formal de la división tripartita de las ramas del poder y elecciones periódicas no es suficiente si el ejercicio de los derechos fundamentales de los ciudadanos no es real, y menos cuando los conglomerados económicos son a la vez  dueños de los medios de prensa, contratistas del Estado  y financistas de campañas políticas.

Pero a pesar de las circunstancias, la nostalgia del papel y el mancharse  los dedos de tinta siempre hay quienes se atreven a  emprender azarosas empresas como la que compromete una publicación informativa y escrita. Solo una persona obstinada, romántica, de profundas convicciones e idealista se atreve aquello sin importar cuantas veces se expone ante quienes alardean de una falsa racionalidad; “los locos abren los caminos que más tarde recorren los sabios” expresaba el escritor y diplomático italiano Carlo Dossi  en una más de sus famosas frases.

El regreso a circulación de Prensa Nueva es una buena noticia, especialmente en este momento de crisis de la democracia y trance de la humanidad – por pandemia - donde no son muy abundantes. En un municipio en decadencia la sociedad siempre espera de la prensa  independencia en la noticia, fiscalización de los recursos públicos e inclusión de la población para que la pobreza no se siga instrumentalizando a favor de quienes la comercializan en beneficio de sus privilegios.

Entonces, el requerimiento al periódico que nuevamente prende  sus rotativas es rectitud ética y moral para retornar, con la fuerza de su liderazgo, la riqueza pública a quienes le pertenece y demandan. Para revertir con la movilización social y la protesta pacífica las crueles  privaciones en educación, salud, trabajo, vivienda, servicios públicos domiciliarios y oportunidades de la gran mayoría de los habitantes de Magangué, y para transformar la política con procesos de conciencia social y revolucionaria.

Solo Lucho Cepeda se atreve a comprometerse en una empresa quijotesca como esta. El negocio de prensa en papel a traviesa por dificultades en el mundo entero. El papel, como lo ha manifestado Antonio Caño exdirector del País en España, es como la heroína, nos gusta, pero nos mata”. Empero quien convence de las dificultades de una empresa a un romántico andariego por la vida, compañero de bohemias del maestro Rafael Escalona en las noches frías sin final del barrio colonial  La Candelaria en Bogotá.

Si Lucho se atrevió  notificar al maestro Escalona en una de esas noches de inspiración y poesía haber encontrado la ruta para llegar, sin volar, a la casa que este construyo en el cielo a su hija Ada Luz ninguna otra empresa le podría resultar inabordable.

Buena mar deseamos a Prensa Nueva.