El AGUACERO DEL CARMEN

Por Wilberto Peñarredonda 

Cronista, México DF
Una imagen de La Virgen del Carmen posteada en Twitter  por Foncho Bernal, un bacán de Barranquilla a quien conocí en esa red social, me trajo a la mente innumerables recuerdos relacionados con la celebración de la Patrona de Los Choferes.
El 16 de julio es una fecha de gran connotación para el pueblo católico, debido que a nivel mundial se celebra el día de Nuestra Señora del Carmen, denominación común que suele recibir Santa María del Monte Carmelo, una de las diversas advocaciones de la Virgen María. También se convirtió para nosotros, los amigos del difunto Jorge Larios Bermúdez, en un día trascendental puesto que él cumplía años esa misma fecha.
Jorge, como buen canceriano, tenía la fibra sentimental a flor de piel y en eventos relevantes que no debían pasar por desapercibidos y ameritaban celebrarlos, ahí estaba presente con antelación, haciendo programa para organizar el zafarrancho. Carnavales Novembrinos, Navidades, onomásticos, fiestas patronales y eventos futbolísticos, sin descartar los conciertos musicales en la Luna 3.000 de sus grupos favoritos como el Binomio de Oro, Joe Arroyo y Diomedes Díaz, siempre contaron con su presencia. Al igual que la patota de sus entrañables amigos: Horacio y Jorge Cárcamo, Juan Carlos y Gustavo Arrieta, Pipe Barcha, Isasito Ordosgoitia,  los hermanos Kike y Alvarito Araujo, Albertico Soracá, El Rocha y mi persona. 
Recuerdo que en el marco de las fiestas de la virgen del Monte Carmelo, como decía Leovigildo Campo en sus rezos fúnebres,  del año 1992 y que exitosamente organizaba el gremio de choferes de Magangué en cabeza de Efraín Leytón como Presidente vitalicio y Julio Caro como Secretario Ad Honorem, se presentaba en esa ocasión el grupo “Son Cartagena”, como complemento a los actos religiosos que siempre se han escenificado en el altar ubicado al frente del Hospital La Divina Misericordia. Aprovechando ese ambiente carnestolendo, Jorge inventó celebrar su vigesimoctavo aniversario, en ése hervidero humano. 
Empaquetados y con una monumental garrafa de Ron Viejo de Caldas, el furor del momento, nos ubicamos estratégicamente cerca de la improvisada tarima a esperar la presentación del afamado grupo folclórico. El Cere, como cariñosamente le decimamos a Gustavo Arrieta, ataviado de pantalón de vestir y camisa acuñada, atisbaba el panorama en busca de unas percantas que nos sirvieran de pareja, al tiempo que Soracá y Rocha - Marlboro en boca- cuidaban celosamente del ron. Mientras que Jorge y Yo, nos cagábamos de la risa por el panorama escenificado ante la concurrencia de tanto personal.   
Pasada las once de la noche, luego de una extensa tanda musical del “Pickup El Nuevo Conde de Winston García, y de la quema de los tradicionales castillos, en medio de una fría brisa huracanada que pululaba en el ambiente matizado por el olor a sobaquina y fritanga, el animador de cabecera de “Son Cartagena” hacia la presentación oficial del grupo que venía de triunfar en los Carnavales de Barranquilla.
Su cantante estelar no había terminado de entonar “Martha la cara e´ lechuzaaaa, yo no sé cómo es queré, le gusta el marido ajeno y persigue a los chofe…” que es la introducción de su afamado tema Martica, cuando de repente se desgajó un torrencial  aguacero que no dio tiempo a refugiarse. Para colmo de males, tras un fulgurante centellazo que iluminó el rostro del busto del Dr. Wenceslao Prasca y que reposa a la entrada del hospital, se fue la luz. El pánico se apoderó de la concurrencia, ése sector de la Avenida Colombia se convirtió en un caudaloso rio donde boyaban las botellas de gaseosa, ron, cervezas  y los diversos fritos que los informales comerciantes habían preparado para el evento, al igual que los zapatos de los concurrentes. 

Por la falta de fluido eléctrico, que ni el conocimiento, experiencia y sapiencia de la cuadrilla de “Chico” Díaz pudo restablecer – la luz llegó al día siguiente-,  el espectáculo y aniversario de Jorge Larios se echó a perder, tras el embate del aguacero del Carmen